qì (Chino) 氣 (J. ki) - prāṇa (Sánscrito)
El término "Qi" se traduce habitualmente como "energía", "respiración", "vapor", "aliento", "aliento vital" o "fuerza vital".
El Qi es la energía vital o fuerza fundamental que sustenta y anima a todos los fenómenos del universo. El termino se encuentra en la literatura clásica daoísta asociado o en en referencia a cosas intangibles pero perceptibles como la atmósfera, humo, aromas, vapor, una sensación de intuición, un pensamiento o un presentimiento, y también arraigado en el pensamiento cosmológico introduciendo los ciclos e influencias del yin-yang.
En los textos clásicos no se especula sobre la naturaleza del Qi, ni tampoco tratan de conceptualizarlo, más bien este es percibido funcionalmente, por lo que hace1.
El Qi dentro del hombre es el mismo que el Qi del universo. Este pasa de un lado a otro entre el interior y el exterior. El hombre existe en medio del Qi UNIVERSAL, tal como un pez existe en medio del agua.
Yojokun - Kaibara Ekiken
Es importante resaltar que el Qi no es tan solo un concepto abstracto, sino que es fundamentalmente algo cotidiano relacionado con nuestras experiencias del mundo. No se trata de algo puramente invisible o imperceptible. El Qi es también directamente perceptible dado que es un concepto que surge de nuestras experiencias y, por lo tanto, de nuestras percepciones del mundo y de los demás2.
El carácter chino para Qi consta de dos partes:
- 气 : Representa el vapor o la energía ascendente.
- 米 : Significa "arroz". En este contexto, simboliza la fuente tangible de energía y sustento.
Combinadas, ilustran la interacción entre lo tangible (arroz, materia) y lo intangible (vapor, energía). Esto refleja la capacidad inherente del Qi como una fuerza que se manifiesta tanto en lo físico como en lo etéreo. El Qi, por lo tanto, está contenido en los alimentos que comemos y en el aire que respiramos, pero, de manera más sutil, también es la fuerza vital del cuerpo humano y, como tal, es la base de toda vitalidad física.
El Qi aparece en diferentes niveles de sutileza y en diferentes modos. En los tres tesoros del daoísmo y la cultura clásica China (sambao 三寶) encontramos el Qi como elemento central: Jing (精), Qi (氣) y Shen (神). Estos tres tesoros se consideran las sustancias y energías más preciadas del cuerpo humano y de la existencia misma. Pero a pesar de la distinción, los tres tesoros se entienden finalmente como tres manifestaciones de Qi en diferentes niveles de sutileza, desde lo más denso y material hasta lo más etéreo y espiritual. Esta perspectiva refleja la naturaleza unificada y transformadora del Qi, que abarca todos los aspectos de la existencia.
La vida humana y natural es la acumulación de Qi; la muerte es su dispersión. Recibimos el Yuan Qi (原氣), que puede traducirse como "Qi primordial" o "Qi original", en el momento de la concepción. Recibimos Qi posnatal desde el aire que respiramos y los alimentos que consumimos, y también desde otras personas a través de la interacción sexual, emocional y social. Pero también perdemos Qi al respirar aire contaminado, vivir en condiciones de contaminación, sobrecargar el cuerpo con comida y bebida excesiva o inadecuada, o involucrarse en emociones negativas e interacciones sexuales o sociales excesivas3.